Si alguien te hablara de tus imperfecciones o de las cosas que no haces bien, te molestaría un poco, ¿verdad? Sobre todo, cuando se trata de algún aspecto que estás tratando mejorar. No pasa nada con que no seas perfecto. Incluso, no tiene nada de malo que alguien trate de ayudarnos a ser una mejor persona.
La crítica es tan importante como el elogio o, incluso, más importante. Pero es fundamental saber diferenciar la crítica constructiva de la crítica destructiva. Ser un buen crítico y saber aprovechar una crítica positiva te permitirá crecer en todo lo que te propongas: ser mejor empleado, amigo, miembro del equipo, pareja, etc.
En este artículo, te contaremos todo lo que necesitas saber para ser un excelente crítico y ayudar a los demás a evolucionar.
Las críticas suelen ser un tema muy sensible, ya que pueden generar controversia a raíz de lo que se diga sobre algo o alguien.
Normalmente, se entiende por crítica a cualquier opinión que se realiza con el objetivo de resaltar aspectos positivos o aspectos negativos sobre un tema en particular.
Las críticas pueden apoyar o desestimar una postura o directamente desestimar a una persona. En la actualidad, son una delicada herramienta que se utilizan por la capacidad de llegada que tienen a través de los distintos medios tecnológicos, por ejemplo, las redes sociales.
Asimismo, existe una tercera vía por la cual las críticas buscan aportar recomendaciones y consejos con el fin de mejorar aspectos específicos de una cosa, de un asunto o incluso del comportamiento de las personas. Este tipo de críticas son conocidas como críticas constructivas y buscan ayudar con recomendaciones puntuales sobre elementos que se pueden modificar o replantear con el fin de que se optimicen los resultados o comportamientos determinados que se deban perfeccionar.
En algunas ocasiones, puede ser difícil recibir críticas o saber diferenciar entre una crítica constructiva y una crítica destructiva. La principal diferenciación entre estas dos últimas recae en el objetivo final que tienen y en cómo son expresadas.
La crítica destructiva (o crítica negativa) se basa en el ataque personal y buscan dañar la autoestima de la persona, desacreditando sus opiniones o incluso su forma de ser. Por su parte, la crítica constructiva (o crítica positiva) tiene buenas intenciones, es empática y toma en cuenta las situaciones asociadas a una persona o un tema para plantear una posible mejora.
Ya hemos visto cómo se presentan la crítica destructiva y la crítica constructiva desde el punto de vista de quienes las emiten. Ahora, adentrémonos a entender cómo afectan o no a las personas que las reciben.
La crítica positiva suele generar una proyección futura y es muy concreta en lo que se puede mejorar. Busca un cambio positivo. La persona que la recibe no la interpreta como algo personal o un ataque, sino como un beneficio para afrontar una situación de manera adecuada y con mayor éxito la próxima vez.
Por otro lado, la crítica destructiva o negativa genera en quien la recibe pensamientos y emociones que no sabe cómo manejar. A través de este tipo de respuestas pueden presentarse muchos malos entendidos entre ambas partes. Es una respuesta desadaptativa e ineficaz que genera una sensación de tristeza y culpabilidad.
Las críticas constructivas deben seguir una serie de características que permitan apoyar y alentar la mejora en algún aspecto relativo a un tema, una persona o una cosa en específico.
Dentro de estas características, es posible nombrar las siguientes:
Es normal que en ocasiones no sepamos por dónde abordar una situación o a una persona al intentar comentarles algún aspecto que deben intentar mejorar, pues muchas veces suponemos que pueden tomarse de mala manera lo que intentamos decirles.
Para evitar esto, traemos para ti una serie de consejos que serán de mucha ayuda a la hora de realizar una crítica constructiva sobre un tema o hacia una persona.
Los 6 consejos fundamentales a la hora de hacer una buena crítica constructiva son:
Acompaña en el proceso: no solo se trata de brindarle tu apoyo a la persona que aconsejaste, sino también de ayudarlo en el camino para que pueda mejorar de una manera más amena.
La crítica constructiva permite ampliar la confianza entre grupos de trabajo, visibilizando las fortalezas y debilidades de las personas involucradas, y hace posible que existan rutas y formas de apoyarse entre pares. Además, consolida una mejora en el trato y en la empatía de grupo.
A su vez, la crítica constructiva permite que las personas entiendan ciertos aspectos o comportamientos relacionados con su propia forma de ser que no son visibles de forma individual, ayudando a que puedan tomar cartas en el asunto y dar un paso hacia adelante con la decisión de mejorar en elementos que posteriormente se convertirán en fortalezas en muchos aspectos de su propia vida.
Cuando damos una crítica constructiva (con empatía y paciencia), no solo estamos aportando en la mejora de esa persona, sino que también influimos de manera positiva en todo el ambiente.
Para realizar críticas constructivas es necesario que mantengas siempre por delante el respeto y la amabilidad con relación al tema o a la persona a la que te dirijas.
Te mostramos algunos ejemplos de críticas constructivas que puedes usar para guiarte y poner en práctica:
Recordemos que es muy importante elegir el momento adecuado a la hora de realizar una crítica constructiva. No hay por qué hacerla cuando las emociones están en su estado más alto. Tampoco es recomendable hacer una crítica de manera impulsiva, ya que la otra parte no estará en actitud receptiva.
La crítica constructiva es una parte fundamental de las relaciones interpersonales. Bien utilizada, es un instrumento que nos permitirá aprender y conocer dónde proponer mejoras.
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