¿En algún momento has desconfiado de ti mismo y de tus capacidades para lograr algo? ¿Sientes que tus éxitos se deben a golpes de suerte y no a que tienes las competencias necesarias para obtenerlos? ¿Piensas que, tarde o temprano, se descubrirá que eres un fraude y todo se vendrá abajo?
Lamentamos informarte que estás sufriendo del síndrome del impostor o fenómeno del impostor y, así como tú, hay muchas personas que en algún momento de su vida lo han padecido sin saberlo. Por eso, hoy queremos que sepas en qué consiste y te explicamos qué puedes hacer para subsanarlo. ¡Te invitamos a continuar leyendo para enterarte!
Tal vez es la primera vez que oyes hablar de él, pero el síndrome del impostor, fenómeno del impostor o síndrome del fraude, es un fenómeno psicológico que consiste en la incapacidad que tienen las personas para asimilar sus logros.
El síndrome del impostor es un trastorno que provoca sentimientos de impotencia y de inseguridad. Según la psicología clínica, los que lo padecen, generalmente lo asocian con incapacidad para cumplir con su trabajo, con bloqueos creativos y con la sensación de sentirse como un fraude.
A menudo, este trastorno psicológico es más proclive a desarrollarse en personas inmersas en un contexto laboral altamente competitivo. Especialmente, las mujeres, quienes se han visto expuestas con más frecuencia a los desafíos en los puestos de trabajo.
El término fue acuñado por las psicólogas clínicas, Pauline Clance y Suzanne Imes, en 1978 y, aunque no es una enfermedad mental oficialmente reconocida, se calcula que alrededor del 70 % de las personas lo han sufrido alguna vez. Sin embargo, muchas lo desconocen y empiezan a superarlo cuando se dan cuenta de que mucha gente también lo tiene.
Los expertos aseguran que existen dos niveles en este padecimiento: los que desaparecen con el tiempo y la experiencia, y los que empeoran poco a poco. Veamos algunos indicios de cómo reconocerlo:
Como puedes observar, existen múltiples síntomas de este trastorno mental y, por ende, las causas son diversas. Te explicaremos algunas.
Pues bien, ya conoces algunos de los síntomas que generan este trastorno y, aun cuando hayamos alcanzado éxito en nuestra vida, es posible que seamos escépticos para creer que nos lo merecemos. ¿Sabes a qué se debe? Los expertos han determinado cuatro posibles causas:
Muchas veces, de forma consciente o inconsciente, las familias desarrollan una especie de comparación entre los hijos o personas cercanas o una alta exigencia de padres a hijos, por lo que pueden crearse sentimientos de inseguridad, envidia y baja autoestima en la persona afectada.
Este tipo de creencias limitantes que se producen desde nuestra infancia o adolescencia pueden hacernos proclives a que hay algo en lo que estamos fallando y que tengamos que esforzarnos al extremo para obtener logros propios.
El síndrome del fraude se observaba, particularmente, entre mujeres profesionales exitosas, según el estudio desarrollado por Pauline Clance y Suzanne Imes. La causa de ello son los estereotipos familiares y sociales que condicionaba a las mujeres a tener expectativas más bajas de superaciones y triunfos.
Actualmente, se sabe que este fenómeno psicológico afecta por igual a ambos géneros.
Precisamente, la brecha salarial entre hombres y mujeres es uno de los factores desencadenantes del síndrome, ya que las mujeres sienten que no merecen ser tomadas en cuenta para cargos directivos o puestos importantes.
Las personas que padecen del síndrome del impostor poseen una gran autoexigencia y son muy críticas consigo mismas. Es más, subestiman sus fortalezas y capacidades y sienten que no están a la altura de otros para competir en cualquier área.
Tal vez, una de las cosas que más ha contribuido a agravar este trastorno, es la exposición a redes sociales, donde las personas constantemente están exhibiendo sus triunfos, sean reales o no. Particularmente, en la situación de pandemia que estamos viviendo, este fenómeno ha sido mucho más notorio.
Así pues, dado que las personas que sufren de este trastorno mental pueden tener diferentes síntomas, los expertos los han caracterizado de acuerdo con 5 categorías:
Son personas fanáticas del control y que se rigen por estándares muy elevados. Se trazan metas muy altas y cuando no logran cumplirlas, sienten que han fracasado.
Son aquellos que, aun cuando son personas exitosas, mantienen pensamientos negativos de que son un fraude. Suelen sentir que engañaron a la persona que los contrató y creen que en algún momento será descubierta su inexperiencia.
Son personas que se exigen por encima de sus capacidades por no sentirse a la altura de sus colegas. Se presionan continuamente porque consideran que no son merecedoras de sus logros, lo cual repercute en su salud mental y relaciones sociales.
Son aquellos que necesitan demostrar continuamente que son valiosos y creen que pedir ayuda es mostrar signos de debilidad e incapacidad para acometer las tareas para las cuales los contrataron.
Generalmente, son personas exitosas, pero juzgan sus logros en función de sus capacidades y no de su propio esfuerzo. Poseen una elevada autoexigencia y necesitan demostrar un alto rendimiento, especialmente, en su carrera profesional.
Puedes notar, entonces, que el fenómeno del impostor puede afectar tanto a jóvenes como adultos y no solo en la vida personal, sino también en las relaciones sociales y en la vida profesional. Sigue leyendo para que conozcas cómo influye en el ámbito laboral.
Según expertos en psicología clínica, este síndrome se asocia al pesimismo defensivo, lo cual se refiere a prepararse para una situación adversa al colocarte previamente en el peor escenario posible.
De allí que padecer el síndrome del impostor se traduzca en dudas sobre tu propia capacidad profesional, miedo infundado al fracaso y el mantenimiento de bajas expectativas de resultado. Las personas minimizan sus éxitos y les preocupa que los jefes o compañeros de trabajo detecten en algún momento que no son tan inteligentes como parecen.
Estas personas suelen desaprovechar oportunidades y eludir nuevos retos, por una aversión a la toma de riesgos. Incluso, en sus puestos de trabajo, esto los puede llevar a rendir por debajo de su potencial por miedo a cometer errores.
Más aún, para las personas que desarrollan algunos de los síntomas del síndrome del impostor, suele significar un aumento considerable del estrés laboral y afecta la productividad. Sin embargo, hay formas de superarlo. A continuación, te diremos cómo.
Si bien este trastorno psicológico no está clasificado como una enfermedad mental, es importante aprender a reconocerlo y, en caso de que creas que lo padeces, es importante que tomes las medidas necesarias para ayudarte.
Lo primero que debes hacer es recurrir a un experto. No obstante, si es la primera vez que oyes hablar de él, queremos sugerirte algunos tips para ganar confianza y lidiar con el síndrome del impostor:
En definitiva, para derrotar el síndrome del impostor se necesita aceptar que los éxitos y superación que has obtenido son merecidos. La idea no es alcanzar la perfección, sino ser realista, sin sentirte subestimado o frustrado. Pero si piensas que ya has intentado con muchas cosas y tus emociones no han mejorado, quizá sea un buen momento para reflexionar sobre tu puesto de trabajo o las condiciones personales o de salud que pueden estarte afectando de forma negativa. En especial, en estos tiempos de pandemia.
Un entorno personal y familiar estable y un ambiente de trabajo más armonioso pueden aumentar tu autoestima y tener un gran impacto en el desarrollo de tu carrera profesional. En nuestro blog puedes encontrar algunos artículos que te ayudarán a tomar las decisiones necesarias para tener el control de tu vida.
¡Así que, manos a la obra y celebra tus propios logros!